sábado, 31 de mayo de 2008

ENCARGATE DE TI MISMO

LECTURA DE ÉTICA
ENCÁRGATE DE TI MISMO


LA EXPERIENCIA DEL ÁGUILA

El águila, es el ave que posee la mayor longevidad de su especie. Llega a vivir 70 años.
Pero para llegar a esa edad, a los 40 años de vida tiene que tomar una seria decisión. A los 40 años: Sus uñas curvas y flexibles , no consiguen agarrar a las presas de las que se alimenta. Su pico alargado y punteagudo , también se curva. Apuntando contra el pecho están las alas, envejecidas y pesadas por las gruesas plumas. ¡Volar es ahora muy difícil!

Entonces el águila, tiene sólo dos alternativas: Morir ó enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará 150 días. Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y refugiarse en un nido, próximo a una pared, donde no necesite volar. Entonces, apenas encuentra ese lugar, el águila comienza a golpear con su pico la pared, hasta conseguir arrancárselo. Apenas lo arranca, debe esperar a que nazca un nuevo pico con el cual después, va a arrancar sus viejas uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, prosigue arrancando sus viejas plumas.

Y después de cinco meses, sale victorioso para su famoso vuelo de renovación y de revivir, y entonces dispone de 30 años más.

REFLEXIÓN

Como el águila todo adolescente debe vivir una experiencia de introspección, en la cual se haga cargo de su propia vida, donde tome decisiones que pueden ser cruciales a lo largo de su existencia. Porque como el águila de buenas decisiones y acciones dependerá el que siga viviendo bien o mal por los años que le siguen. Es en este sentido que utilizamos esta metáfora y ahora miraremos algunos de los rasgos propios de la adolescencia que nos ayudarán a comprendernos mejor y sobre todo a tomar decisiones que nos hagan responsables de nuestros propios actos, esto es “encargarte de ti mismo”.

RASGOS DE LA ADOLESCENCIA

La adolescencia es uno de los periodos más críticos para el desarrollo de la autoestima; es la etapa en la que la persona necesita hacerse con una firme IDENTIDAD, es decir, saberse individuo distinto a los demás, conocer sus posibilidades, su talento y sentirse valioso como persona que avanza hacia un futuro. Son los años en que el niño pasa de la dependencia a la independencia y a la confianza en sus propias fuerzas. Es una época en la que se ponen sobre el tapete no pocas cuestiones básicas; piénsese en la vocación, en los planes para ganarse la vida, en el matrimonio, en los principios básicos de la existencia, en la independencia de la familia y en la capacidad para relacionarse con el sexo opuesto. Y a estos aspectos hay que sumar todos aquellos conflictos de la niñez que no se hayan resuelto y que surjan de nuevo, conflictos que habrá que afrontar también.
En la "crisis de identidad" de la adolescencia, el joven se cuestiona automáticamente, incluyendo la opinión que de sí mismo ha adquirido en el pasado. Puede rebelarse y rechazar cualquier valoración que le ofrezca otra persona, o puede encontrarse tan confuso e inseguro de sí mismo que no haga más que pedir a los demás aprobación y consejos de todo tipo. Sea cual fuere su aproximación a su nueva identidad, el adolescente pasará inevitablemente por una reorganización crítica de su manera de apreciarse con el consiguiente cambio en su autoestima.

Es así que todo joven debe hacerse cargo de si mismo sobre todo creyendo en sus propias capacidades, y en ello está asumir un criterio propio de responsabilidad.