lunes, 13 de octubre de 2008

EL SACRIFICIO COMO DIVERSIÓN

YO, ELLO Y SUPER-YO


LECTURA N°. 4. ÉTICA 7°

YO, ELLO Y SUPER-YO


Todos los seres humanos tenemos un grupo de dimensiones que nos conforman, es decir partes físicas y espirituales que agrupadas constituyen lo que somos. A esas dimensiones se les ha dado nombre para diferenciarlas y estudiarlas en su particularidad, por ejemplo, cuando hablamos de la parte: física, emocional, psíquica, afectiva entre otras, nos referimos a estas dimensiones.

Ahora bien, para este estudio nos interesa centrarnos en la dimensión psíquica de la persona, con el objetivo de conocernos un poco más y poder comprender muchas situaciones de nuestra vida como jóvenes. Cabe aclarar que siempre que nos conocemos más maduramos más como personas, es por ello que depende de cuánto nos conozcamos el que podamos ser mejores personas con nosotros mismos y con los demás.

Para comenzar a hablar de la ya mencionada dimensión psíquica utilizaremos una metáfora, un breve cuento que nos introducirá en el estudio de esta dimensión humana.

Imaginemos que cierto día sales de paseo con tu familia a campar, y que es un paseo cualquiera salvo por la actividad que van a realizar. Porque han acordado que al amanecer del segundo día irán a casar conejos. Tu estás muy emocionado, sobre todo porque podrás disparar la escopeta de aire que nunca te han dejado coger, y te pasas toda la noche pensando en cómo será el momento de acechar, apuntar y disparar a la presa.

Se adiciona a esto el hecho de que tus familiares han colocado como prueba que, el que no logre casar algo no tendrá comida y deberá aguantar hambre hasta que se acabe la acampada.

Así pues, al día siguiente salen muy temprano y comienzan a recorrer el monte en busca de una presa sobre la cual hacer blanco. Y después de dos horas de búsqueda divisan un conejo a la distancia, entonces todos se colocan al acecho para ser el primero en capturar la presa. Tu por ser más joven eres más rápido y llegas pronto a un lugar preciso para disparar con acierto, pero en ese preciso momento en que tienes el blanco en la mira te das cuenta que el conejo no está solo, sino que a su alrededor hay un grupo de pequeños conejitos que evidentemente son las crías de este conejo grande.

Entonces reflexionas sobre dar muerte al conejo, y aunque tuviste mucha emoción por ser el primero en disparar a la presa y tienes la oportunidad de hacerlo, decides que hoy no comerás carne de un animal indefenso y que es necesitado por sus crías, y prefieres llenar tu estómago con frutas que puedes conseguir con facilidad en un árbol.

De este modo, haces ruido para que la presa escape y ninguno de tus familiares pueda dar muerte al animal. Pero un familiar se da cuenta y te pregunta con rabia, ¿Por qué dejaste que escapara si lo tenías al alcance? Entonces tu con toda sinceridad contestas: no se, solo me dio pesar y no pude matarlo…
En este momento vamos a mirar los acontecimientos que hemos descrito para mirar cómo funciona la dimensión psíquica de las personas. En la historia que hemos descrito hay un impulso inicial, un deseo de emoción que invade al personaje, ese deseo tiene dos matices, el primero es el “hambre” y el segundo la “emoción” de la cacería, estos dos elementos si son mirados desde la psicología son manejados por una parte de la psiquis a la que denominaremos “Ello”, o la parte pasional e instintiva de los seres humanos.

En un segundo momento veremos que el personaje de la historia se introduce con sus familiares en el monte, alista su arma, busca un lugar privilegiado para acceder a la presa y finalmente se alista para disparar. Esta es la parte “conciente”, “pensante” y “analítica” de todos los seres humanos, en donde el personaje de nuestra historia toma decisiones y las hace realidad. A esta parte la llamaremos “yo”, o la parte racional y consciente de los seres humanos.

Y finalmente en un tercer momento vemos como el personaje, al momento de ejecutar la acción que había pensado entra en un dilema moral, donde hace un juicio ético de lo que va a hacer y cómo afectará la realidad en la que se encuentra. Entonces percibe que causará un mal y detiene el curso de su acción para cambiar los planes. Recordemos que si no caza nada la consecuencia será no comer, y es entonces cuando decide no comer una cosa por otra, todo gracias a la tercera dimensión que constituye la psiquis de los seres humanos. A esta parte la llamaremos “súper yo” o la parte moral de los seres humanos.

Ahora bien, para sintetizar los elementos vistos diremos que nuestra dimensión psíquica se compone de:
1) El ello: Impulsos, deseos. Lo originario, lo que solemos creer que es lo más básico y propio de nuestra persona.
2) El yo: Logra satisfacer las necesidades principales como el hambre, sueño, sed, entre otras.
3) El super-yo: moral, consciencia, reglas sociales, lo que uno hace en su sociedad.


En la teoría de la estructuración de la personalidad de Sigmund Freud, el ello está constituido por el conjunto de las pulsiones primarias con que nace el individuo; el principio que gobierna esta parte de la personalidad se denomina “principio de placer”. En otras palabras el ello es inconsciente y no tiene conocimiento de la realidad. El Yo es el intermediario entre el Ello y el mundo exterior; dicho de otra manera es la diferenciación del Ello en contacto con la realidad. Esta gobernado por el principio de realidad que implica el ejercicio de la inteligencia. Al yo se debe la adaptación del sujeto a la realidad externa objetiva y depende de él las funciones conscientes y voluntarias. El Super-yo es la última parte de la personalidad que se desarrolla. Es la consciencia moral, el ideal del Yo que resulta de la interiorización de las prohibiciones familiares. El Super-yo es inconsciente y es el origen de la censura que se opone a la espontánea realización del Ello.[1]
[1] Cf. Circulo de lectores. Los orígenes de la psicología científica en Enciclopedia superior para el Bachillerato y la universidad. Ed. Printer Latinoamericana LTDA. Colombia. 1993. p. 175